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Conclusiones personales.

11 Jun

A continuación se presentan una serie de conclusiones personales con respecto a la evaluación del aprendizaje y su relación con las nuevas tecnologías.

Reflexión sobre el uso de las tecnologías de la información en el ámbito educativo.

Las tecnologías de información han venido a cambiar la vida de todas las personas, han permeado todos los ámbitos en la sociedad. El sector educativo no se ha quedado atrás y desde hace varias décadas lo ha influido de manera decisiva.

El aprendizaje presencial cada vez es más difícil debido a la falta de espacio educativos en dónde llevarlo a cabo. El aprendizaje a distancia se vuelve entonces un opción para atender a los miles de estudiantes que actualmente se quedan sin un lugar para estudiar. Las diversas instituciones -desde nivel básico a profesional- han vuelto sus ojos a esta opción de aprendizaje; pero no solo es desear o querer, estudiar o enseñar a distancia, se deben de cumplir una serie de requisitos para conseguirla.

La pregunta es: ¿qué tecnología de información deben de tener las instituciones para el aprendizaje y la evaluación a distancia?, muchas escuelas optan por seleccionar aquella que se encuentra de moda, sin considerar el enfoque de enseñanza – aprendizaje que se lleva en las aulas, y mucho menos tomar en cuenta los saberes tecnológicos de sus profesores.

Más otras, hacen todo un estudio metodológico que les permite incorporar a sus instituciones todos aquellos recursos tecnológicos para obtener una real ventaja competitiva contra el resto de escuelas. Hay algunas que centran el aprendizaje a distancia en una región en particular, pero otras participan de manera internacional en la enseñanza – aprendizaje de una multi culturalidad de estudiantes. Estas instituciones trabajan de manera colaborada en la construcción de mejores resoluciones didácticas y pedagógicas.

Sea cual fuera la forma de incluir las nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza – aprendizaje, se debe de evitar a toda costa la tecnofobia, la cual es aquella definida coloquialmente, como la fobia de los estudiantes a la tecnología educativa, debido a malas experiencias al momento de utilizarlas. Es por esto que las instituciones deben de planear estrategicamente cómo van a impartir la cátedra a distancia y cuál va a hacer el proceso de evaluación que se seguirá, para conocer el nivel de aprendizaje significativo obtenido por los estudiantes. El conocimiento anticipado y planeado de los criterios de aprendizaje es entonces indispensable, la definición de rúbricas que permitan alcanzar la competencia inicialmente planteada se vuelve todo un reto. No hay que suponer que por el hecho de ofrecer tecnologías de información al estudiante, se le esta proporcionando un valor educativo agregado.

¿Cuál es la tecnología de información adecuada para los profesores?, las tecnologías de información pensadas para los profesores tienen y deben de ser transparentes, esto es, el docente debe tener claro cómo se utilizará si no no podrá apropiarse de ella y hacerla un medio de enseñanza. Es entonces cuando se vuelve solo una herramienta que a la larga se convertirá en una barrera. Si para los profesores la tecnología no es transparente van a terminar trabajando en propuestas didácticas que van en contra del mismo sentido del uso de la tecnología.

¿Cuál es la tecnología que tienen que conocer los estudiantes?, Casi con sentido común decimos que los estudiantes saben más de tecnología que los docentes, en términos de videojuegos, chats, etc. La pregunta es cuál es la tecnología que requerirían los estudiantes para favorecer procesos de pensamiento cada vez más complejos. ¿Tienen que ser programadores o tienen que ser lectores eficaces y críticos?. Si el problema es conocer críticamente el origen de la información como para poder pensar si esa información les ofrece buenas respuestas a sus preguntas, o si el estudiante, simplemente como lector crítico y consumidor de tecnología, se basta por sí solo para resolver la problemática del acceso a la información y la comunicación.

Concluyendo, las tecnologías de información son favorables tanto para el aprendizaje presencial, a distancia, semi presencial o abierto, solo que se tiene de definir adecuadamente cómo se implantarán y como influenciarán en los distintos actores en el proceso enseñanza – aprendizaje. No deben de producir tecnofobias que impidan el cumplimiento de las competencias de aprendizaje por parte del estudiante, ni deben de convertirse en barreras para los profesores. El objetivo es que el estudiante aprenda a trabajar por sí mismo y a generar desarrollo de conocimiento a partir de sus propias actuaciones. La institución educativa debe tener un plan para que esto pueda ser conseguido a través de etapas y desde un proyecto educativo.

Nuevas tecnologías enfocadas a la evaluación del aprendizaje.

Las nuevas tecnologías han transformado nuestra sociedad, los modos de vivir y pensar. Estos cambios han influido en las formas de presentar la información en los diferentes medios de comunicación, que posteriormente se trasladan al ámbito cotidiano del aula, intentando optimizar los procesos de enseñanza. Constituye un reto para el sistema educativo desarrollar instrumentos que faciliten los procesos de comprensión en las aulas, ante el crecimiento casi explosivo de la cantidad y densidad de información que circula en todos los ámbitos de la vida en sociedad; y en todas las áreas del conocimiento.

Son cada vez los docentes con acceso a la tecnología que la utilizan para desarrollar su práctica diaria, con la finalidad de hacer sus clases más dinámicas, hacer uso de la multimedia, desarrollar habilidades en los estudiantes, formar redes de colaboración, generar diferentes formas de comunicación entre los participante en el proceso enseñanza – aprendizaje, entre otros propósitos.

El sistema de evaluación del aprendizaje a distancia “se puede entender como la que se realiza fuera de los recintos escolares, a partir de recursos como el internet, página web, foros de discusión, correo electrónico y también videoconferencias. En ella el docente al fungir como cómo tutor o asesor del estudiante juega un papel de evaluador” (Quesada R. 2006, p. 3).

Sus principales características son tres: utiliza una computadora como medio de comunicación, ésta no es en tiempo real y son necesarios apoyos didácticos online.

A diferencia de la evaluación presencial, en donde docente y estudiante se encuentran cara a cara,  – es posible conocer el lenguaje corporal, gestual y oral – para solventar dudas y establecer retroalimentación que les permita alcanzar el objetivo; la evaluación a distancia tiene que efectuarse haciendo uso de recursos tecnológicos que permitan la interacción profesor – estudiante, la interactuación se vuelve un tanto fría y lejana.

“La comunicación se centra en las actividades que realiza el alumno y el profesor enseña a partir de sus comentarios y observaciones escritas del desempeño que observa” (Pappas, Lederman y Broadbent, 2001). El profesor deja de ser el que transmite el conocimiento, ya no es más un mediador entre el estudiante y los contenidos a aprender. Ahora analiza y valora lo realizado a fin de consolidar los logros.

Instrumentos de evaluación presencial y a distancia.

Los instrumentos pueden realizarse en ambos mecanismos de evaluación y son: elaboración de exámenes, ensayos, proyectos, lista de verificación, escalas, rúbricas, mapa conceptual y portafolio de evidencias (Quesada R. 2006).

Una herramienta que cada vez tiene más auge en todos los ámbitos y particularmente en el educativo, es el portafolio digital, el cual es un sistema que conjunta evidencias que generan o generaron un nuevo aprendizaje, ya se trate de profesores o estudiantes, insertos en diversos entornos o ambientes educativos.

Esta herramienta se basa en metas u objetivos previamente establecidos por el autor o la Institución que lo haya encomendado. Su principal objetivo se asocia a cinco puntos:

  • Introducción.
  • Detalles del autor.
  • Almacenamiento o publicación de trabajos y/o publicaciones.
  • Aprendizajes o reflexiones.
  • Interacción entre el autor y su público.

El portafolio se define como un espacio donde el docente rescata y sistematiza las acciones, experiencias y momentos de reflexión que ha desarrollado a lo largo de su trabajo universitario. Por medio de él, se tiene la oportunidad de expresar un pensamiento crítico y creativo, en el que desde una perspectiva holísta, ayuda a establecer metas claras sobre los compromisos adquiridos ante la sociedad para intervenir en el proceso de crecimiento de sus alumnos.

El portafolio electrónico también puede convertirse en una herramienta de evaluación, en la que por medio de una serie de recursos informáticos el docente puede generar, seleccionar, organizar, editar y por supuesto, evaluar su propio trabajo a través de un formato web.

Bibliografía.

Duart J., Gil M., Pujol M. y Castaño J. (2008). La Universidad en la sociedad red. Usos de internet en la educación superior. P. 232. Barcelona, España: Editorial Ariel.

Morgan Ch. y O’Reilly M. (1999). Assessing open and distance learners. P. 20. Londres: Kogan.

Pappas G., Lederman E. y Broadbent B. (2001). Monitoring student performance in online courses: new game – new rules. Pp. 66-71. Journal of distance education.

Quesada R. (2006). Evaluación del aprendizaje en la educación a distancia “en línea”. Disponible en:http://redalyc.uaemex.mx/pdf/547/54709902.pdf. Consultado el 11 de junio del 2011.

 

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